5042. Esteban Pérez
Marta García/ La Tribuna de Toledo
El 5042 disimula una
media sonrisa. Estrenaba rostro y hechuras después de seis meses de
descanso, de paseos y de buenas comidas. Esteban desafió a la cámara
posando con su pijama de rayas, la estampa del horror en los campos de
concentración nazis. Quizá otro no se hubiera vuelto a calzar esas ropas
después de haber sufrido tanto, pero este pequeño gesto le infundió
ánimos para enfrentarse a la libertad, le enseñó a mirar el futuro con
gallardía a pesar de que su memoria aún mantenía fresco su cuerpo
huesudo, consumido por años de sufrimiento, esclavitud y hambre y una
mirada clavada en la pérdida de muchos otros compañeros.
«La foto
me la hice seis meses después de haber salido de uno de los campos de
concentración de Mauthausen». La tiene colocada en el salón de su casa,
en un pequeño pueblo francés cercano a Perpiñán. La considera su pequeño
amuleto y la mira de vez en cuando para aferrarse a la vida. «Esa foto
no me da miedo, al revés, me da ánimos», confiesa riéndose a sus 99
años. Se le escucha una voz juvenil al otro lado de la línea telefónica
pese a su edad, pero apura la vejez con optimismo y se dice que es un
hombre fuerte. Ha conservado su pijama de rayas como prueba de la
batalla ganada a los nazis, que no lograron exterminar a un prisionero
que se empeñó en vivir aunque le fallaban las fuerzas cada vez que algún
alemán gritaba "Achtung", "Atención, firmes", para alertar de la
llegada de algún mando de la SS, vestido con su pulcro uniforme de gala...sigue leyendo
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