lunes, 7 de octubre de 2013




La foto de mamá


 

Pilar se quedó helada el día que decidió enseñarle una foto a su nieta de dos años. Un escalofrío le recorrió el cuerpo como un latigazo eléctrico. -«¡Mamá, mamá!», soltó la pequeña con alegría sin saber qué tenía de particular la foto del ordenador. No era mamá, pero para Pilar era una prueba más de que la joven de Oviedo que sonríe en la pantalla puede ser su hija, fallecida al nacer en el Hospital Virgen de la Salud de Toledo...seguir leyendo





 La doble muerte del bebé de Juana


Madrugada del 5 de enero de 1974. Juana Cobo acaba de dar a luz en la Clínica Santa Cristina de Madrid, pero a las 3.20 horas el bebé fallece según el resumen de la historia clínica que ha recibido recientemente la familia. No, no. Perdón. La niña nace a las 3.20 horas según el legajo de aborto, el documento que se expide tras la muerte de un bebé que no alcanza vivo 24 horas. El baile de horas en los documentos que guarda Charo, una de las tres hijas de Juana, prueba que en el paritorio de esta clínica madrileña ocurrió algo sospechoso. Al menos es lo que piensa esta familia de Seseña desde aquella madrugada aunque no lo haya denunciado hasta ahora... sigue leyendo




 Más historias...








La sexta planta

A Estudita Parra se le estremeció el cuerpo cuando se asomó a la cristalera de la estancia donde descansan las incubadoras para ver a su nieto recién nacido hace cuatro años, pero prefirió no decir nada. Intentó disimular para ganarle el pulso a su mente, que congela desde hace casi cuarenta años la imagen de su pequeño vestido y envuelto en una toquilla blanca poco antes de ingresar en el Hospital Virgen de la Salud la tarde del 24 de enero de 1972. La sexta planta, una gran cristalera, los bebés llorando, los familiares observándoles al otro lado... «El ambiente hace cuatro años era distinto y el hospital ha cambiado bastante, pero me acordé mucho de mi hijo el día que visité a mi nieto en neonatos». En este caso, el pequeño obtuvo el alta en una semana, pero en el suyo tuvo que conformarse con recordar su carita y su cuerpo menudo porque no volvió a verle...seguir leyendo






  El invento del bebé azul


Es posible que Sagrario tenga 48 años, siga siendo morena y mantenga un pequeño muñón junto a uno de sus dedos pulgares como defecto de nacimiento. Puede también que conserve aquella carita rechoncha y el buen apetito que decía su madre de la recién nacida. O quizá sea que la familia de Sagrario no pierde la esperanza de encontrarla algún día a pesar de que en la Maternidad Provincial le dejaron claro a su madre que el bebé había muerto tres días después de nacer aunque tampoco le explicaron la causa. «Sólo dijeron que no respiraba», explica Olga López, la hermana menor de la supuesta ‘niña robada’... sigue leyendo






El ordenanza de Mauthausen



El castigo que le aplicaron a Ramón en el campo de Mauthausen suena a capricho. Mientras cientos de personas se morían de hambre, se dejaban caer acurrucados por el frío, las enfermedades, la pena y las duras condiciones, a este toledano le ocurrió lo contrario. La gusa confundía el peligro de los que nada tenían que perder tras aquellos muros levantados para rentabilizar el exterminio y dejaba rastros demasiado evidentes. De vez en cuando, Ramón y algún deportado republicano más se acercaban a las cocinas del campo central, cerca de las cámaras de gas, para robar comida, pero estos fugaces atrevimientos los pagó caros. Los guardianes le sorprendieron un día y le obligaron a tragarse cinco kilos de mermelada como castigo. Sin duda, ninguno de los maltrechos y consumidos compañeros se hubiera puesto en su pellejo porque al toledano le faltó poco para morir de una indigestión. A partir de aquel momento, a Ramón Bargueño, el deportado número 3.183, le apodaron "Mermelada"...sigue leyendo






 5042. Esteban Pérez


Marta García/ La Tribuna de Toledo




El 5042 disimula una media sonrisa. Estrenaba rostro y hechuras después de seis meses de descanso, de paseos y de buenas comidas. Esteban desafió a la cámara posando con su pijama de rayas, la estampa del horror en los campos de concentración nazis. Quizá otro no se hubiera vuelto a calzar esas ropas después de haber sufrido tanto, pero este pequeño gesto le infundió ánimos para enfrentarse a la libertad, le enseñó a mirar el futuro con gallardía a pesar de que su memoria aún mantenía fresco su cuerpo huesudo, consumido por años de sufrimiento, esclavitud y hambre y una mirada clavada en la pérdida de muchos otros compañeros.

«La foto me la hice seis meses después de haber salido de uno de los campos de concentración de Mauthausen». La tiene colocada en el salón de su casa, en un pequeño pueblo francés cercano a Perpiñán. La considera su pequeño amuleto y la mira de vez en cuando para aferrarse a la vida. «Esa foto no me da miedo, al revés, me da ánimos», confiesa riéndose a sus 99 años. Se le escucha una voz juvenil al otro lado de la línea telefónica pese a su edad, pero apura la vejez con optimismo y se dice que es un hombre fuerte. Ha conservado su pijama de rayas como prueba de la batalla ganada a los nazis, que no lograron exterminar a un prisionero que se empeñó en vivir aunque le fallaban las fuerzas cada vez que algún alemán gritaba "Achtung", "Atención, firmes", para alertar de la llegada de algún mando de la SS, vestido con su pulcro uniforme de gala...sigue leyendo

domingo, 6 de octubre de 2013

Para todos los deportados

"Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no era comunista así que no hablé. Después vinieron a por los socialistas y los gremialistas, pero no era lo uno ni lo otro así que no hablé. Después vinieron a por los judíos, pero yo no era judío así que no hablé. Y cuando vinieron a por mí ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí"
La célebre cita del pastor alemán Martin Niemöller refleja el horror de los campos de concentración nazis. Sus sentidas palabras, de las que se ofrecen varias versiones, se han atribuido erróneamente durante años al dramaturgo Bertolt Brecht. Niemöller fue uno de los pocos alemanes del III Reich que se enfrentó al horror.